La respuesta radica en los catalizadores líquidos para combustible que se añaden a estos aditivos, como pueden ser el óxido de cerio, ferroceno, óxido de platino o la combinación de varios de estos u otros.

Los catalizadores para combustible viajan junto a los gases de escape y reducen la temperatura que necesita el carbón para arder. De este modo, residuos que necesitarían temperaturas de 600ºC o más para quemarse por sí solos, empezarán a hacerlo a temperaturas muy inferiores (400ºC o incluso menos).

Es por tanto la temperatura de los gases de escape la que limpia realmente un turbo o un FAP. La función del aditivo es permitir a una misma temperatura quemar mucho más carbón del que por si, por medios "naturales" se quemaría.

Un catalizador para combustible reconocido por su eficacia, es el Óxido de cerio (CeO2) . Este catalizador está presente en la tecnología Xenum NexGen, que se utiliza en aditivos limpiadores como Xenum In&out y aditivos mejoradores de combustible como Xenum Nex10

Los catalizadores para combustible también son empleados por algunos fabricantes de coches para reducir el hollín que se forma en los filtros antipartículas (FAP), y facilitar la autolimpieza de estos. Uno muy conocido es el aditivo Eolys, empleado por el grupo PSA. Los vehículos equipados con sistema Eolys tienen un depósito especial para este aditivo, que se dosifica automáticamente en cada repostaje (se mezcla con el combustible).

 

No obstante, no basta con añadir un catalizador líquido al combustible para limpiar componentes que ya están muy sucios. Hay varios factores claves que determinan su eficacia:

  • Tamaño de las partículas. Hay una relación directa entre el tamaño de las partículas del catalizador y su eficacia, siendo más efectivas partículas más pequeñas. Por ejemplo, la tecnología Xenum NexGen emplea nano-partículas.
  • Cantidad aportada. Mientras que dosis bajas mejoran la combustión y dosis moderadas consiguen una limpieza superficial, solo dosis muy elevadas resultan en limpiezas efectivas.
  • Temperatura. El catalizador líquido reduce la temperatura que necesita el carbón para arder, pero a fin de cuentas es el calor el que tiene que realizar la limpieza. Es por ello que si queremos limpiar por ejemplo un turbo sucio, es necesario calentar el sistema de escape al máximo. Para ello se recomienda conducir el tiempo posible a un régimen de motor elevado (> 3500), y es que conducir con un motor a más revoluciones y carga, equivale también a mayor temperatura de escape.